21 Abr 2021

Estudios genéticos apuntan a mejorar el tratamiento del cáncer colorrectal

Para contribuir con ese objetivo, investigadores de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y médicos del Hospital de Gastroenterología “Dr. Carlos Bonorino Udaondo” entrecruzan datos de evolución clínica de pacientes con análisis genéticos de sus muestras.

Células de cáncer colorrectal.


El cáncer colorrectal es el segundo tumor más frecuente en la Argentina. Presenta más del 90% de probabilidad de cura si se detecta tempranamente. Pero cuando ya está diseminado, la estadística muestra que sólo la mitad de ellos logran curarse.

Para mejorar el abordaje de este tumor y otras enfermedades gastrointestinales mediante un enfoque de medicina de precisión, científicos de la FIL y médicos del Hospital de Gastroenterología “Dr. Carlos Bonorino Udaondo” conformaron en el 2014 una unidad de investigación traslacional para la búsqueda de biomarcadores para utilizar en la elección del tratamiento de los pacientes. La unidad fue bautizada como GENUIT y contó con el apoyo de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT) a través del Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC).

“El entrecruzamiento de datos de evolución clínica de los pacientes atendidos en el Hospital Udaondo y los análisis genéticos de sus muestras pueden arrojar información útil para mejorar los tratamientos”, afirma la doctora Andrea Llera investigadora del CONICET, directora de la Unidad asociada de Genómica que funciona en la FIL y codirectora de este proyecto junto al doctor Enrique Roca, gastroenterólogo del Hospital Udaondo.

El proyecto inicial de GENUIT se enfocó hasta el momento en el cáncer de recto localmente avanzado. Este tipo de cáncer colorrectal es un gran desafío médico, debido a que en promedio sólo un 15% de los pacientes logra una respuesta completa al tratamiento estándar, que consiste en radio y quimioterapia seguida de cirugía. El resto de los pacientes alcanza respuestas parciales, o bien no responde, y no están claras las causas de esta gran variabilidad.

“Nuestra hipótesis fue que sería posible predecir qué pacientes se beneficiarían del tratamiento y quiénes no, analizando características genómicas de cada tumor y de su microambiente (mutaciones, expresión de genes, presencia de determinadas células del sistema inmune) en conjunto con variables clínico-patológicas”, indica el doctor Osvaldo Podhajcer, jefe del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular de FIL e investigador superior del CONICET.

Para identificar biomarcadores predictivos de respuesta a los rayos y la quimioterapia, los investigadores de la FIL han analizado muestras de 50 pacientes con cáncer de recto localmente avanzado, y se encuentran bajo estudio otras tantas muestras de tumores más tempranos y metastásicos. En todos los casos, las biopsias tumorales y la sangre de pacientes en distintas etapas del tratamiento se colectaron con el consentimiento de los participantes.

Como consecuencia de ese estudio se publicaron, en la revista Cancers,  resultados que indican que la presencia de linfocitos B en los tumores de recto antes de ser tratados con quimioterapia sería un marcador predictivo de buena respuesta a ese régimen terapéutico, También se vio que mutaciones combinadas en dos genes involucrados en el crecimiento tumoral, TP53 y KRAS, están más frecuentemente presentes en los pacientes que van a responder mal al tratamiento.

Nuevas muestras están siendo analizadas con tecnología genómica de avanzada  y se registran en una base de datos también diseñada por GENUIT, cuyos procedimientos de estudio se realizan en forma estandarizada siguiendo las Buenas Prácticas Clínicas internacionales (GCP por sus siglas en inglés).

“La posibilidad de identificar otros biomarcadores con potencial pronóstico y predictivo podría, en el futuro, ayudar a seleccionar la estrategia terapéutica más adecuada para cada paciente”, afirma Llera.