21 Oct 2020

Arrojan pistas para el tratamiento de un agresivo tumor pediátrico

Científicos del Instituto Leloir y del Hospital Garrahan descubrieron factores genéticos que explicarían por qué en algunos casos falla la respuesta de un tipo de retinoblastoma a la quimioterapia e identificaron fármacos con capacidad terapéutica.  

Paula Schaiquevich (izq.) Andrea Llera, directoras del estudio, y Daiana Ganiewich y Santiago Zugbi, primeros autores.


El retinoblastoma, un tipo de tumor ocular en niños, se puede eliminar cuando se detecta en forma temprana y suele ser sensible a la quimioterapia. Sin embargo, el pronóstico empeora si el cáncer se disemina principalmente al sistema nervioso central: en esos casos, hasta 9 de cada 10 pacientes no logra curarse pese a la quimioterapia, los rayos y la cirugía.

El estudio liderado por científicos argentinos y en colaboración con médicos de India y de Estados Unidos e investigadores de Francia y España, se centró en un subtipo de retinoblastoma agresivo que corresponde al 2% de los casos y que hasta el momento carece de tratamiento adecuado.

Se realizaron estudios genómicos de muestras de material del tumor primario y sitios metastásicos de retinoblastomas refractarios a quimioterapia que permitieron identificar una curiosa serie de alteraciones genéticas que explicarían la resistencia de ese tipo de cáncer al tratamiento convencional.

El estudio internacional liderado por los investigadores del Instituto Leloir y del Hospital Garrahan identificó por primera vez los factores genéticos que explicarían la resistencia de este subtipo de tumor ocular pediátrico a la quimioterapia. También identificaron fármacos que pueden inhibirlo.


“Llamativamente estos subtipos de tumores no mostraron mutaciones en el gen RB1, característico de retinoblastoma, pero sí alteraciones del gen MYCN”, afirma Andrea Llera, una de las líderes del estudio y directora de la Unidad asociada de Genómica en Cáncer “Genocan”, que funciona en la Fundación Instituto Leloir (FIL).

Los científicos también identificaron una inesperada mutación en TP53, gen que “como si fuera un dogma” se consideraba inalterado en retinoblastoma, agregó una primera autora del estudio, la bioinformática Daiana Ganiewich, becaria doctoral de la Fundación Leo Messi que trabaja bajo la codirección de Llera en el Garrahan.

La búsqueda de medicamentos

En una segunda fase de la investigación, los científicos establecieron modelos celulares (in vitro) de ese retinoblastoma agresivo en el Hospital Garrahan y modelos animales (in vivo) de esa enfermedad en la FIL. Y realizaron en ellos un análisis farmacológico en colaboración con el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, en Nueva York (Estados Unidos) y con el apoyo de una beca de la Fundación Bunge y Born.

“Estos estudios permitieron identificar 17 fármacos como posibles candidatos por su actividad para tratar estas células tumorales”, explicó otro primer autor, el bioquímico y farmacéutico Santiago Zugbi, becario doctoral del CONICET en el Garrahan.

Luego, los investigadores seleccionaron un grupo reducido de esos fármacos que, por su disponibilidad en el mercado y características farmacológicas, podrían sugerir efectividad in vivo y factibilidad de traslación a la clínica.

“Estas combinaciones novedosas fueron evaluadas en modelos celulares y animales y demostraron mayor actividad antitumoral que el tratamiento convencional”, destacó Paula Schaiquevich, también líder del estudio, una investigadora del CONICET que dirige la Unidad de Tratamientos Innovadores del Garrahan.

Asimismo Llera afirmó que dada la evidencia de ciertos marcadores genómicos que indican la agresividad del tumor, estos pacientes deberían ser identificados para no recibir tratamientos convencionales que se sabe que no van a ser efectivos y tomar decisiones terapéuticas acordes al cuadro clínico.

El estudio, publicado en la revista de acceso abierto “Cancers”, contó con el apoyo de varios organismos y fundaciones de Argentina: la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, el Instituto Nacional del Cáncer, la Fundación Natali Dafne Flexer, la Fundación Garrahan y el Instituto Henry Moore. También aportaron fondos la Fundación Leo Messi, con sede en Barcelona; la Fondation Nelia et Amadeo Barletta, con base en Suiza; y Fund for Ophthalmic Knowledge, Amazon Web Services Cloud Credits for Research y los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos.