Fernando Pitossi, Andrea Llera, Verónica Piatti, Ana Fernández Álvarez y Belén García Fabiani. Todos son investigadores del CONICET y trabajan en distintas áreas de nuestro Instituto. Tienen diferentes edades y realidades, pero los une la pasión por lo que hacen y el haber vivido varios años en el exterior para capacitarse. También comparten, al igual que muchos de los científicos del país, el haber tenido que tomar una decisión difícil: seguir sus carreras en otros lugares o regresar para ayudar a impulsar la ciencia argentina. 

Como una manera de generar conciencia sobre la importancia de la investigación para el desarrollo de un país y el compromiso de los científicos para que esto suceda, lanzamos una campaña en la que cinco de nuestros investigadores cuentan las oportunidades que tuvieron a nivel individual y cómo, a la hora de tener que elegir de qué manera seguir sus carreras, decidieron volver para aportar a la ciencia local.

“Los importantes avances científicos alcanzados tanto en nuestro Instituto como en muchos otros centros del país se han logrado gracias al enorme esfuerzo y compromiso de investigadores muy capacitados, que tuvieron la fuerte convicción de contribuir con sus conocimientos y experiencia al desarrollo científico-tecnológico argentino”, destacó Angeles Zorreguieta, directora de la FIL.  “Para resaltar esa entrega, que muchas veces no es reconocida o pasa desapercibida, presentamos estas cinco historias que son una pequeña muestra de lo que ocurre en la gran mayoría de nuestras instituciones científicas”, concluyó.

Invitamos a aquellos investigadores con experiencias similares a contarla en sus redes y sumar el hashtag #YoDecidiHacerCienciaEnArgentina

Una breve presentación:
 

• Fernando Pitossi: Bioquímico de la Universidad de Buenos Aires. Hizo su doctorado y posdoctorado en distintos países de Europa y después de 10 años decidió regresar. En la actualidad es Investigador Superior del CONICET y jefe del Laboratorio de Terapias Regenerativas y Protectoras del Sistema Nervioso Central de la FIL. “Es una gran satisfacción ver los frutos del trabajo en el país que uno quiere”, asegura. 

• Andrea Llera: Bioquímica y farmacéutica de la Universidad de Buenos Aires. Hizo su doctorado en la UBA y el posdoctorado en la Universidad de Maryland, Estados Unidos. Allí vivió cuatro años con su marido y su hija que, al irse, tenía un año y medio. Cuando tuvo que decidir cómo seguir, el desafío de empezar de cero en Argentina y la posibilidad de formar nuevos investigadores y despertar vocaciones pesó más que la estabilidad económica que vislumbraba si se quedaban. “Siempre estuvo presente el querer hacer una diferencia para el país. Allá teníamos todo más o menos solucionado”, reflexiona. Hoy es Investigadora Principal del CONICET en el Laboratorio de Terapia Molecular y Celular de la FIL.

•  Verónica Piatti: Bióloga de la Universidad Nacional de Córdoba. Hizo su doctorado en la UBA y el posdoctorado en la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos. Allí se capacitó en una técnica llamada opto-electrofisiología, que no existía todavía en Argentina. De niña fue pastorcita en el campo de sus padres, se formó en la universidad pública, vivió cinco años en el exterior y decidió volver para traer sus nuevos conocimientos al país. Hoy es Investigadora Asistente del CONICET en el Laboratorio de Plasticidad Neuronal de la FIL.

• Ana Fernández Álvarez: Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires. Hizo su doctorado y posdoctorado en España. En 2011, después de 9 años de vivir afuera, decidió continuar su carrera en el país. “Era un momento en el que la ciencia en la Argentina estaba creciendo mucho”, cuenta. Hoy es Investigadora Adjunta del CONICET en el Laboratorio de Biología Celular del RNA de la FIL.

• Belén García Fabiani: Bioquímica de la Universidad Nacional de La Plata. Hizo su doctorado en la misma universidad donde se recibió y su posdoctorado en la Universidad de Michigan, Estados Unidos. Allí estuvo cuatro años hasta que, en 2020, durante la pandemia, decidió volver para poder aportar al país desde su rol como científica. “Volví para ayudar a desarrollar métodos de diagnóstico que sirvieran para detectar al nuevo virus en ese momento”, resalta. Hoy es investigadora asociada en el Laboratorio de Virología Molecular de la FIL.

Compendio con todas las historias: