Premio Fima Leloir 2025 para una joven científica que diseña biosensores de última generación para el diagnóstico de enfermedades infecciosas
La doctora en Química Ana Sol Peinetti, investigadora del CONICET en el Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (INQUIMAE), ganó la 5ª edición del certamen impulsado por Josefina “Fima” Leloir, sobrina y ahijada del Premio Nobel argentino en 1970.
“Recibir este premio es una gran alegría y una gran motivación, sobre todo en este momento difícil que atraviesa la ciencia argentina”, dice Peinetti. “A veces nos olvidamos de la tradición científica de nuestro país, que reconoce a la ciencia como motor de progreso y para resolver problemáticas locales, y creo que este premio, de algún modo, viene a recordarnos eso y a incentivarnos a los jóvenes científicos sobre lo importante que es hacer ciencia en Argentina”, añade.
Graduada en la Universidad de Buenos Aires (UBA), Peinetti está al frente del Laboratorio de Bionanotecnologías del INQUIMAE, donde dirige un grupo de 6 personas con el que, en 2020, puso en marcha proyectos de vanguardia con metodologías que no estaban disponibles en el país. Uno de los ejes principales de su trabajo se centra en la obtención de aptámeros (secuencias cortas de ADN) que son específicos para distintos virus y capaces de diferenciar serotipos o variantes, clave para el caso del dengue. El objetivo es desarrollar test rápidos, similares a los de embarazo o los de antígenos que se usaron durante la pandemia por COVID-19, pero que sirvan para hacer diagnósticos certeros y no sólo para monitoreo.
A diferencia de una molécula de ADN, de la que se pueden obtener muchas copias por medio de técnicas de PCR, por ejemplo, es muy difícil obtener muchas proteínas a partir de una sola. Entonces, el eje de su proyecto es transformar el antígeno detectado en una señal de ADN a la que se pueda amplificar dentro del mismo kit. Y eso se logra por medio de los aptámeros que Peinetti y su equipo están desarrollando.
“Epidemias previas de arbovirus (dengue, zika, chikunguña) y pandemias han puesto en evidencia el gran desafío que tienen los sistemas de salud a la hora de realizar una vigilancia epidemiológica adecuada y diagnósticos oportunos, en parte debido a que las pruebas de diagnóstico disponibles no son adecuadas para su uso fuera de instalaciones médicas. Por lo tanto, las soluciones en el punto de atención (PoC) para el diagnóstico descentralizado y accesible de arbovirus son esenciales para controlar la propagación de estas enfermedades y proporcionar el tratamiento diferencial necesario para cada una”, describió Peinetti en el proyecto con el que se presentó al Premio Fima Leloir.
“La incorporación de estos aptámeros en nanoestructuras nos permite desarrollar test con la alta sensibilidad que requiere el diagnóstico de antígenos virales”, agregó.
Ida y vuelta
Luego de hacer el doctorado en la UBA, en 2017 Peinetti viajó a los Estados Unidos gracias a una beca Pew para realizar su posdoctorado en ingeniería de biomoléculas en el Departamento de Química de la Universidad de Illinois, en Urbana-Champaign, bajo la dirección del profesor Yi Lu. Al finalizarla, en 2019, buscó la manera de poder cumplir su deseo de regresar al país y de la mano del Programa Raíces y distintos subsidios nacionales e internacionales, a fines de 2020 pudo volver y establecer su propio laboratorio en el INQUIMAE.
Entre otras distinciones, la científica obtuvo en 2021 el premio nacional L’Oréal-UNESCO “Por la Mujer en la Ciencia” en la categoría Joven; uno de los premios del Fondo de Innovación de la fundación estadounidense Pew Charitable Trusts (2024); y el Pew-Chan Zuckerberg Initiative Repatriation Award (2025).
“Siempre tuve la idea de volver. Hacer ciencia acá, buscando solucionar problemas del país, es lo que más me interesa y le da sentido a lo que hago”, concluyó la flamante ganadora de la 5° edición del Premio Fima Leloir.
El Premio Fima Leloir se instauró por primera vez en 2016 con el fin de alentar a científicos/as jóvenes dedicados/as a la investigación básica en ciencias biomédicas, biología o fisiología. Se entrega cada dos años y, a través de él, se busca reconocer a quien se destaque por su producción científica, la relevancia de sus contribuciones y por la perspectiva futura de liderar un proyecto de investigación. Este año, además del premio a Ana Sol Peinetti, recibieron menciones de honor los doctores María José Iglesias, directora del Laboratorio “Regulaciones Redox en Plantas”, del IFIBYNE-UBA-CONICET; y Agustín Mangiarotti, del Centro de Investigaciones en Química Biológica de Córdoba (CIQUIBIC-CONICET-UNC).