Nos sumamos a la movilización de la comunidad científica para visibilizar la situación crítica que atraviesa nuestro sector
Caracterizados como Eternautas que enfrentan la nieve tóxica del desfinanciamiento, investigadores de distintos puntos de la Argentina se manifestaron en las calles. En CABA, el punto de encuentro fue el Polo Científico Tecnológico, donde funciona la sede administrativa del CONICET.


Como una manera de visibilizar el desfinanciamiento sin precedentes que enfrenta la comunidad científica argentina y advertir sobre las consecuencias de esta situación para el futuro del país, nuestros investigadores se sumaron a la convocatoria realizada por la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (RAICYT) y se movilizaron junto a sus colegas del Museo Argentino de Ciencias Naturales hasta el Polo Científico Tecnológico de la Ciudad de Buenos Aires. Bajo el lema “Nadie se salva solo”, cumplieron con la propuesta de los organizadores y se vistieron de “Eternautas” para sumarse a los miles de científicos, becarios, docentes y estudiantes de distintos institutos y universidades del país que salieron de los laboratorios y las aulas para hacer oír el reclamo.
“Estamos presentes en el Polo Científico y en las distintas provincias de nuestra querida Argentina para defender el sistema científico y tecnológico nacional, amenazado hoy como nunca desde la recuperación de la democracia. Nos encontramos en un punto de no retorno: transcurridos ya 17 meses del actual gobierno nacional, el sistema científico padece una situación crítica que costará muchísimo revertir”. Así comenzó el discurso oficial del acto realizado en la explanada del edificio donde funciona la sede administrativa del CONICET, que fue leído por distintos oradores.


Allí también señalaron que el desfinanciamiento y el desmantelamiento está impactando incluso en aquellos sectores que el propio gobierno reconoce como prioritarios. Y que nunca en la democracia la inversión en ciencia y tecnología fue tan baja.
A pesar de que el frío se sintió fuerte, en Buenos Aires la enorme convocatoria logró disipar el impacto del viento (al menos por un rato). Abundaron las máscaras de Eternautas de distinto tipo y color: sofisticadas como las que vestía el Juan Salvo que personifica Ricardo Darín en la serie de Netflix y más caseras, fabricadas con bidones de agua y antiparras para nadar. También carteles realizados a mano con diferentes consignas en defensa de la ciencia y ligadas al cómic creado por Héctor Oesterheld. Escenas similares se vivieron en el Centro Cívico de Bariloche, la Casa Histórica de Tucumán, las calles de Córdoba capital, General Roca (La Pampa), Rosario (Santa Fe), Comodoro Rivadavia (Chubut), Santiago del Estero, Mendoza y Ushuaia.


Tras puntualizar que desde diciembre de 2023 están congeladas las designaciones de quienes ya habían sido seleccionados a través de concurso público para ingresar a la Carrera del Investigador Científico del CONICET y que está prácticamente paralizada la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, “que constituye el corazón del financiamiento de investigaciones científicas y tecnológicas en el país”, los oradores mencionaron también que “el brutal deterioro salarial de todos los trabajadores del sector científico/tecnológico conforman, de hecho, un programa de vaciamiento que con suma rapidez está logrando día a día destruir grupos de investigación y desarrollo tecnológico promoviendo un acelerado éxodo de científicos”.
“Le estamos regalando al mundo uno de los bienes más importantes que logramos generar: recursos humanos altamente calificados”, continuó el documento. Y concluyó: “Quienes hoy integramos el sistema científico/tecnológico denunciamos que nunca antes hemos protagonizado un éxodo tan masivo y doloroso de científicos como el que estamos presenciando en estos meses. Sin trabajadores no hay ciencia”.