08 May 2019

Investigadores del Instituto Leloir son incorporados a la Academia de Ciencias de América Latina

Por su trayectoria y el impacto de sus avances científicos, Fernanda Ceriani y Alejandro Schinder, investigadores de la Fundación Instituto Leloir (FIL), fueron designados miembros de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL).

Fernanda Ceriani y Alejandro Schinder, científicos de la Fundación Instituto Leloir. Fernanda Ceriani y Alejandro Schinder, científicos de la Fundación Instituto Leloir.


La ACAL es una institución fundada en 1982 que tiene como función promover y contribuir al avance de la matemática, la física, la química, las ciencias de la tierra y de la vida, y sus aplicaciones, con el propósito de darle soporte al desarrollo y a la integración de América Latina y el Caribe. Cuenta con más de 220 destacados científicos de la región y entre los notables investigadores que fueron miembros se encuentran los premios Nobel de ciencia argentinos, los doctores Luis Federico Leloir y César Milstein.

“Ser nombrada académica de la ACAL implica un claro reconocimiento a las tareas que viene desarrollando mi grupo de investigación desde la Argentina, pero a su vez es un vehículo para visibilizar el trabajo de mujeres científicas en Latinoamérica, acción que valoro muy especialmente”, señala Ceriani, directora del Laboratorio de Genética del Comportamiento en la Fundación Instituto Leloir (FIL).

El grupo de Ceriani ha identificado procesos moleculares que cumplen un rol clave en el funcionamiento del reloj biológico del cerebro constituido por neuronas especializadas que ordenan temporalmente las funciones fisiológicas del cuerpo a lo largo del día.

Además de los conocidos síntomas que genera el jet lag o la fatiga en personas que trabajan de noche, la literatura científica acumula evidencia sobre la relación entre la disfunción del reloj biológico y la susceptibilidad al desarrollo de ciertos tipos de cáncer, enfermedades cardíacas, diabetes tipo II, infecciones y obesidad.

El reloj biológico determina los momentos de máxima alerta, de mayor coordinación manual y de aumento de la fuerza muscular. “También regula el sistema inmune, la digestión, la temperatura corporal, la presión arterial, el funcionamiento de los riñones, la frecuencia cardíaca y la secreción de hormonas como la melatonina, asociada con el buen dormir. O marca los ritmos de ovulación cada 28 días. Su buen funcionamiento es clave para la salud”, señala Ceriani, quien es bióloga graduada en la UBA y realizó su posdoctorado en el Centro de Investigación Scripps, en la Jolla, en San Diego, California.

Un trabajo liderado por Ceriani – tapa de la revista “Cell Reports” en 2017 – permitió descubrir que un neurotransmisor – la glicina –  ayuda a sincronizar a la “orquesta” que forman los distintos relojes circadianos del cerebro.” Además identificamos la enzima que produce ese neurotransmisor, el transportador que lo desplaza y algunos de sus receptores. Los resultados de ese trabajo fueron contundentes”, afirma la científica de la FIL quien también es investigadora principal del CONICET y ganadora del Premio Nacional L’Oréal-Unesco Por la Mujer en la Ciencia 2011.

Fernanda Ceriani, directora del Laboratorio de Genética del Comportamiento en la Fundación Instituto Leloir. Fernanda Ceriani, directora del Laboratorio de Genética del Comportamiento en la Fundación Instituto Leloir.


“Dada las similitudes de los procesos que ocurren en el reloj biológico de la mosca Drosophila (nuestro modelo de estudio) y el de los mamíferos, es de esperar que lo que aprendamos conduzca en el futuro a diseñar tratamientos para trastornos derivados de su disfunción”, concluye Ceriani quien ha firmado trabajos científicos (uno de ellos publicado en 2007 en la prestigiosa revista “Cell”) con el doctor Michael Rosbash, uno de los ganadores del premio Nobel de Medicina de 2017.

“Ser nombrado Académico de la ACAL significa una nueva posibilidad de estrechar lazos con colegas de la región para fortalecer las ciencias en Latinoamérica. Particularmente, en un momento tan crítico para nuestro país en que la ciencia se considera un obstáculo que genera gastos al Estado, cuando en realidad es el verdadero motor que impulsa las economías del mundo desarrollado”, señala Schinder, director del Laboratorio de Plasticidad Neuronal y Presidente de la FIL.

Desde hace casi 20 años, el grupo de Schinder lleva adelante estudios que apuntan a comprender los mecanismos celulares y moleculares que regulan el desarrollo, la integración y la función de neuronas nuevas (proceso conocido como neurogénesis) en el hipocampo del cerebro adulto y que está vinculada con el aprendizaje y la formación de nuevas memorias a lo largo de la vida.

Alejandro Schinder, director del Laboratorio de Plasticidad Neuronal y Presidente de la Fundación Instituto Leloir Alejandro Schinder, director del Laboratorio de Plasticidad Neuronal y Presidente de la Fundación Instituto Leloir


“Nuestras líneas de investigación aportan conocimientos fundamentales que servirán para inspirar estrategias de reparación de circuitos neuronales afectados por diferentes patologías como las enfermedades de Parkinson y Alzheimer, y lesiones provocadas por traumatismos” afirma el investigador de la FIL, quien por sus importantes aportes en neurociencias recibió el premio Friedrich Wilhelm Bessel de la Fundación Alexander von Humboldt en 2013 y este año fue distinguido por la Academia Mundial de Ciencias (TWAS, según sus siglas en inglés).

Schinder ha liderado estudios, publicados en prestigiosas revistas como Science (2012 y 2016), que lograron describir las redes neuronales y múltiples mecanismos que controlan el crecimiento y la conexión de las neuronas jóvenes que se producen en el hipocampo.

Entre otros proyectos, Schinder realiza un estudio en colaboración con Paola Arlotta, del Departamento de Células Madre y Biología Regenerativa de la Universidad de Harvard, que cuenta con el apoyo de un subsidio de los Institutos Nacionales de Salud de Estados. “Este trabajo en conjunto apunta a identificar los programas genéticos que guían a las nuevas neuronas desde que comienzan a formarse hasta que llegan a procesar información, tanto en el cerebro adulto como durante el envejecimiento”, explicó Schinder, biólogo graduado en la UBA, doctorado en la Universidad de California en San Diego, en Estados Unidos, y actualmente investigador superior del CONICET en la FIL.