17 Mar 2021

Lautaro Sanchez, integrante del equipo COVIDAR

Tiene 23 años, es becario doctoral en el laboratorio de Andrea Gamarnik en la Fundación Instituto Leloir (FIL) y participó del desarrollo de los primeros test serológicos para COVID-19 argentinos que se distribuyen gratuitamente a hospitales por medio de ministerios de salud de todo el país y a distintos centros de salud públicos y privados.

Lautaro Sanchez


“Considero un orgullo ser parte del grupo COVIDAR que no solamente está formado por personas de una gran inteligencia, sino también, de un gran compañerismo. Y también estoy feliz por colaborar con un granito de arena en este esfuerzo que están haciendo miles de cientificxs, médicxs, enfermerxs  y otros profesionales para controlar la pandemia en nuestro país”, afirma Sanchez, becario doctoral del CONICET en la FIL quien egresó en septiembre de 2020 como licenciado en Ciencias Biológicas de la Universidad Favaloro. 

Sanchez se incorporó en mayo del 2020 al laboratorio de Virología Molecular dirigido por Gamarnik para realizar estudios sobre dengue y aportar al desarrollo de una plataforma para la detección de virus de relevancia para la salud pública en el país y en la región. Debido a la emergencia por la pandemia del coronavirus, se incorporó a las tareas del equipo COVIDAR, liderado por Gamarnik, para desarrollar en tiempo récord, y con la aprobación de ANMAT, los primeros test serológicos de producción nacional para COVID-19. 

“En  este  contexto participé en  el  desarrollo  de los kits  COVIDAR IgG  e  IgM,  reactivos serológicos  para  la  detección  de  anticuerpos  IgG  e  IgM  contra  el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2), y  asumí la  tarea  de colaborar con la validación y control de calidad de estas herramientas que permiten establecer si una persona está o estuvo infectada”, indica el becario quien pudo asumir esas tareas gracias a su formación y conocimientos sobre virología adquiridos durante la realización de su tesina de licenciatura sobre HIV en la Facultad de Medicina  de la UBA (en el INBIRS). 

Otros proyectos

Sanchez también participó en la validación de un método rápido de toma de muestra para la utilización del kit COVIDAR IgG a partir de una gota de sangre. La gota de sangre se obtiene por punción del dedo y se colecta en tubos con un conservante que son parte de un SEROKIT que fue desarrollado originalmente por el laboratorio Lemos para estudios de seroprevalencia de la enfermedad de Chagas. 

“La validación de esta herramienta para toma de muestras ha sido clave para realizar estudios epidemiológicos en barrios y en personal de riesgo, y también identificar a tiempo focos de casos asintomáticos en diversos geriátricos y otros ámbitos, contribuyendo así al cuidado de los sectores más sensibles”, explica el joven doctorando. 

Asimismo Sanchez integró el grupo de  investigación  que participó en la selección de plasma convaleciente aportado por donantes para determinar su eficacia terapéutica  en ensayos clínicos liderados por el Hospital Italiano. Y colabora en el desarrollo de una base de datos que apunta a determinar la correlación entre el nivel de anticuerpos contra el nuevo coronavirus en pacientes, sus datos clínicos asociados y otras variables.

También participó de un estudio, publicado recientemente en la prestigiosa revista internacional “PLOS Pathogens”, que reveló – mediante análisis de más de tres mil muestras con COVIDAR IgG - información sobre la respuesta del sistema inmune a SARS-CoV-2. El trabajo indicó que el 35% de los pacientes presenta anticuerpos dentro de los 7 días de iniciados los síntomas y más del 90% a partir de la tercera semana; que en la mayoría de los casos la aparición de los anticuerpos IgG e IgM contra el nuevo coronavirus ocurre en forma simultánea, y otros novedosos resultados.

“Es muy satisfactorio ser parte de un sistema científico nacional que ha demostrado ser capaz de resolver problemas de la sociedad, y responder de manera rápida a necesidades urgentes para enfrentar la pandemia”, concluye Sanchez.   

El proyecto COVIDAR se creó en el marco de la “Unidad COVID-19”, impulsada por el Ministerio de Ciencia, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) y el CONICET, y en diferentes etapas contó con el apoyo del Fondo para la Convergencia del Mercosur (FOCEM), la Fundación Williams y la Asociación Civil SAND.