17 Jul 2020

Julio Caramelo: Integrante del equipo que desarrolló el primer test serológico argentino para COVID-19

Es jefe de laboratorio en el Instituto Leloir y su experiencia en el estudio y manipulación de proteínas fue clave para desarrollar “COVIDAR IgG”.

Julio Caramelo, director del laboratorio de Biología Estructural y Celular del Instituto Leloir.


COVIDAR IgG es el primer test serológico para COVID-19 de origen argentino y fue desarrollado en la Fundación Instituto Leloir (FIL). El mismo se emplea para la determinación de anticuerpos de plasma convaleciente, el control de la transmisión en barrios, el cuidado del personal de la salud, y otros fines.

El kit tiene proteínas del coronavirus inmovilizadas que sirven de “carnada” para ¨pescar¨ los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 que se encuentran en los sueros de los pacientes, de modo tal que puedan ser identificados y cuantificados por un método enzimático que produce color.

Producir proteínas de SARS-CoV-2 requiere conocimiento y un manejo apropiado de técnicas moleculares. En esta fase del desarrollo es clave el aporte de Julio Caramelo, director del laboratorio de Biología Estructural y Celular de la FIL.

“Mi experiencia en el estudio y manipulación de proteínas, en particular de glicoproteínas (unión de proteínas y azúcares), me impulsó a participar del desarrollo del test serológico para COVID-19”, afirma Caramelo, reconocido por la Academia Nacional de Ciencias (ANC) y la Federación de Sociedades Americanas para la Biología Experimental (FASEB) por su trayectoria en el estudio de las proteínas y su participación en las actividades celulares.

Proteínas del coronavirus

Para producir las proteínas del virus se cuenta con dos genes de SARS-CoV-2, uno para la proteína Spike, que es la que permite su unión e ingreso a las células, y otro para una parte de dicha proteína, que es la que media directamente la unión a las células.

En la FIL se introducen los genes en células de mamífero que fabrican ambas proteínas para luego purificarlas y poder ser colocadas en las placas donde se vierten las muestras de plasma sanguíneo.

El test COVIDAR IgG se realiza en placas que tienen inmovilizadas proteínas del coronavirus que sirven de “carnada” para ¨pescar¨ los anticuerpos que se encuentran en los sueros, de modo tal que puedan ser identificados y cuantificados por un método enzimático que produce color.


“El desarrollo de “COVIDAR IgG demuestra la capacidad que tienen los científicos del país para resolver problemas y es una forma de devolverle a la sociedad lo que invierte en ciencia”, afirma Caramelo.

El desarrollo de “COVIDAR IgG” también fue liderado por Andrea Gamarnik y Marcelo Yanovsky, de la FIL y del CONICET, y participaron investigadores de la UNSAM y del Laboratorio Lemos, en el marco de la “Unidad Coronavirus COVID-19” conformada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), el CONICET y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación. El proyecto también recibió el apoyo del Fondo para la Convergencia del Mercosur (FOCEM) y de la Fundación Williams, que aportó una donación importante para la etapa inicial.