07 Jun 2019

Exbecario del Instituto Leloir es primer autor de un estudio que describe promisorio enfoque para tratar un tumor cerebral

El doctor Felipe Núñez, exbecario postdoctoral del CONICET en la Fundación Instituto Leloir (FIL), es primer autor de una investigación que sienta bases para mejorar el tratamiento del glioma, el tumor primario maligno más frecuente del sistema nervioso central.

Doctor Felipe Núñez. Doctor Felipe Núñez.


Núñez fue becario postdoctoral en el Laboratorio de Terapia Molecular y Celular liderado por el doctor Osvaldo Podhajcer en la FIL. Finalizada esta etapa viajó a Estados Unidos para continuar su formación en el laboratorio de los doctores María Castro y Pedro Lowenstein en la Universidad de Michigan.

Ahora la destacada revista “Science Translational Medicine” publicó un trabajo cuyo primer autor es Núñez y que muestra un camino para mejorar el tratamiento de un subtipo de glioma, que representa un alrededor de un 25% de estos tumores cerebrales a nivel mundial.

En modelos animales de laboratorio afectados por esa condición, Núñez, los directores del estudio, Castro y Lowenstein, y colegas lograron duplicar la sobrevida y en algunos casos curarlos. También realizaron experimentos con células derivadas de pacientes. Los resultados son tan alentadores que los científicos están trabajando para realizar ensayos clínicos en la Universidad de Michigan.

Los investigadores se concentraron en un subtipo muy frecuente de glioma, el astrocitoma, que se desencadena cuando las células precursoras de astrocitos (células de sostén del cerebro y la médula espinal) empiezan a cambiar y multiplicarse sin control. “Los resultados de nuestro trabajo establecen un camino para disminuir las dosis de radioterapia que habitualmente se aplican a los pacientes. La idea es mejorar la eficacia terapéutica de ese tratamiento y además disminuir los efectos secundarios asociados”, afirma Núñez quien pronto se reintegrará a la FIL.

Nuevo enfoque terapéutico

El tratamiento estándar del astrocitoma consiste en su remoción mediante cirugía, cuando es posible, junto con radioterapia y quimioterapia aplicadas para destruir el ADN de las células tumorales restantes y lograr así su eliminación. Sin embargo, la mayoría de estos tumores reinciden con mayor agresividad y el pronóstico es devastador.

En el nuevo estudio del que participa el exbecario de la FIL se descubrió que cuando la mutación en el gen IDH1 se encuentra conjuntamente con mutaciones en los genes ATRX y TP53, el astrocitoma adquiere una fuerte resistencia a la radiación, lo que disminuye el éxito de las terapias.  “En este tipo de tumor aumenta la actividad de genes (ATM y CHK1/2) que despliegan estrategias de reparación y de protección del ADN del tumor cuando es ‘atacado” por la radiación”, afirma Nuñez.
A raíz de este hallazgo, lo que hicieron los investigadores fue desmantelar ese escudo de protección del tumor para volverlo vulnerable a la radiación: usaron un compuesto inhibidor (aprobado por la FDA, el organismo que regula los medicamentos y alimentos en Estados Unidos) contra esos genes de reparación - ATM y ChK1/2 - en un modelo de glioma en ratones, de manera que los tumores se debilitaron y por lo tanto la radioterapia resultó más efectiva. “Esta intervención prolongó la vida de los animales de manera significativa y en algunos casos se curaron. Nuestro hallazgo se posiciona como un promisorio enfoque para tratar a pacientes”, indicó Núñez.

En un siguiente paso, los científicos demostraron que los mismos genes de reparación de ADN otorgan un alto grado de resistencia a las células tumorales de pacientes tratados con radiación. Con estas células derivadas de pacientes, los autores del estudio confirmaron el aumento en la expresión del gen ATM y la resistencia a la radiación de las células tumorales. “Pudimos demostrar que la inhibición de este gen no solo redujo la resistencia a la radiación en nuestro modelo animal sino también en células derivadas de pacientes que presentan la mutación IDH1”, destacó Núñez.

A pesar de que los gliomas que expresan IDH 1 mutada tienen un mejor pronóstico y la sobrevida de los pacientes es entre 7-10 años, la mayoría de los tumores luego de estos tratamientos reinciden con más fuerza. “Por esta razón resulta imprescindible desde la ciencia generar aportes que mejoren su abordaje médico”, subrayó Núñez.

Para el joven científico trabajar en la FIL fue una experiencia “muy valiosa. La formación que recibí en el laboratorio de Podhajcer en un contexto de excelencia académica que otorga su grupo y toda la institución me permitió adquirir herramientas muy útiles tanto en lo que se refiere al planteamiento de los experimentos como a su realización y posterior análisis”, subraya.