24 Abr 2019

Estudiar el reloj biológico de las plantas podría mejorar la producción agrícola

María José de Leone nació en San Isidro, Provincia de Buenos Aires. Egresó como licenciada en Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y se doctoró en el Laboratorio de Genómica Vegetal liderado por el doctor Marcelo Yanovsky en la Fundación Instituto Leloir (FIL).

“Estudiar el reloj biológico de las plantas serviría en el futuro para extender las áreas de producción agrícola” “Estudiar el reloj biológico de las plantas serviría en el futuro para extender las áreas de producción agrícola”


“En mi trabajo de tesis estudié la regulación del reloj biológico de plantas por señales ambientales, en particular por estímulos de estrés biótico (ataque de bacterias patogénicas)”, explica de Leone.

Sin proponérselo, la humanidad ha estado manipulando variantes genéticas de componentes centrales del reloj para incrementar la productividad agrícola. “En efecto, numerosas variantes genéticas naturales que afectan el tiempo a floración han sido seleccionadas por el hombre durante el proceso de domesticación de cultivos”, explica la joven doctora.

Esas variantes genéticas permitieron ajustar el ciclo de vida de las plantas a los momentos más favorables del año en regiones geográficas con condiciones muy distintas. Muchas de estas variedades genéticas involucran genes identificados en la actualidad como componentes centrales del reloj circadiano de la planta modelo Arabidopsis thaliana que comparte mecanismos genéticos con los cultivos de mayor importancia.

“La idea subyacente del trabajo que realicé durante mi doctorado es que, si la humanidad mejoró la productividad agrícola manipulando inconscientemente variantes genéticas que involucran genes centrales del reloj de las plantas, mejorar la comprensión de los mecanismos moleculares involucrados en el control del funcionamiento del reloj circadiano permitirá refinar las herramientas genéticas y biotecnológicas disponibles, que podrían ser utilizadas para optimizar el momento en que florecen las plantas en distintas regiones geográficas, maximizando así el rendimiento de distintos cultivos”, afirma de Leone.

Este año la joven investigadora figura como primera autora de un estudio publicado en la revista “Genes”. “En este trabajo logramos describir cómo se integra la información de cinco genes – de la familia LNK - que regulan el reloj biológico de las plantas, lo que podría servir en el futuro para extender las áreas de producción agrícola”, puntualiza.

La flamante doctora comenzó su trabajo en la FIL en el 2011 como estudiante de licenciatura. “Ya en aquel entonces tener la oportunidad de recorrer mis primeros pasos en ciencia en una institución con un historial de producción científica tan prestigioso como la FIL representó para mí una oportunidad increíble, por la cual voy a estar siempre agradecida”, destaca de Leone. Y continúa: “El doctor Yanovsky me abrió las puertas a un mundo de excelencia académica en el cual, sin duda, quise luego continuar mis estudios de posgrado”.

Durante su recorrido por la FIL, la doctora afirma que conoció “colegas excepcionales tanto a nivel profesional como humano y en todo momento tuve la certeza de estar en el mejor lugar que podría estar, aún a pesar de las dificultades que la ciencia argentina ha atravesado en los últimos años. Por esto y mucho más, una vez más elijo continuar mis estudios, ahora posdoctorales, en la FIL”.

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