20 Ago 2021

“Es fundamental contar con una vacuna para COVID-19 que responda a las necesidades específicas de Argentina y la región”

Así lo afirma  Sabrina Vinzón, una de las líderes de la vacuna de segunda generación contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que se desarrolla en la Fundación Instituto Leloir (FIL).

Sabrina Vinzón


“Siempre el objetivo de nuestros desarrollos en investigación es poder avanzar hasta verlo plasmado en un producto farmacéutico que pueda llegar a las personas”, afirma Vinzón, integrante del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular (LTMC) de la FIL e investigadora del CONICET.

“Apuntamos al desarrollo de una vacuna que sea efectiva con una sola dosis, que genere una respuesta inmune duradera y brinde protección contra las variantes actuales y emergentes”, destaca Vinzón. Y agrega: “En un contexto de escasez de vacunas y aparición de variantes regionales del virus que responden de distinta forma a las vacunas, es fundamental poder contar con desarrollos locales que hagan frente a las necesidades específicas de nuestro país y de la región”.

Vinzón y sus colegas comenzaron a desarrollar la vacuna de segunda generación contra SARS-CoV-2 apenas se declaró la pandemia. Tras comprobar que indujo una respuesta inmune muy potente y duradera contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 en estudios preclínicos, en mayo pasado, la FIL, el CONICET y la compañía biotecnológica Vaxinz firmaron un acuerdo para avanzar en su producción de acuerdo a las buenas prácticas de manufactura y preparar así el terreno para  realizar en el Hospital Italiano estudios clínicos  que determinen su seguridad y eficacia.

 Virología e inmunología

Vinzón nació en San Miguel, Provincia de Buenos Aires, y se recibió de Bioquímica y Farmacéutica de la UBA con especialización en virología e inmunología. Una vez que finalizó su doctorado, realizó un posdoctorado de 5 años en el prestigioso Centro Alemán de Investigación en Cáncer (DKFZ, según sus siglas en alemán), en Heidelberg, Alemania.

“En Alemania mi proyecto principal consistía en el desarrollo de vacunas contra papilomavirus para prevenir el cáncer de piel no melanoma. En esos años acumulé mucha experiencia en virología y en diseño de vacunas”, explica Vinzón.

Luego de su posdoctorado, la joven investigadora volvió a Argentina y se incorporó al LTMC liderado por Osvaldo Podhajcer en la FIL  y aplicó su experiencia en virología, inmunología molecular y cáncer para desarrollar inmunoterapias oncolíticas para el tratamiento de cánceres gastrointestinales, basadas en el uso de adenovirus.

“La combinación de la experiencia adquirida en Alemania y en la FIL me permitió poder aportar mi conocimiento al desarrollo de la vacuna contra el nuevo coronavirus”, destaca Vinzón.

 Una de las tareas de Vinzón en el proyecto fue poner a punto un “ensayo de neutralización basado en Pseudovirus” que es una metodología que permite medir la eficacia de los anticuerpos generados por la vacuna en bloquear la entrada del coronavirus a las células del organismo.

“Cuando nos vacunamos se genera inmunidad celular y también anticuerpos contra el coronavirus, pero no todos estos anticuerpos protegen de la misma manera. Los anticuerpos que nos interesa generar son los que se denominan neutralizantes, y para detectarlos hay que usar un ensayo especial que es el ensayo de neutralización. Este sistema es útil para comprobar que la vacuna protege contra las diferentes variantes de SARS-CoV-2”, explica la investigadora. Y concluye: “Haber avanzado hasta este punto en el que estamos hoy, en que la llegada de nuestra vacuna está cerca de la clínica, es muy gratificante”.