16 Jul 2018

Dra. Berenice Silva, médica neuróloga e investigadora del Instituto Leloir

La doctora Berenice Silva, médica neuróloga de la Clínica de Esclerosis Múltiple del Hospital Ramos Mejía y de la Clínica de Esclerosis Múltiple del Instituto de Neurociencias de Buenos Aires (INEBA), se desempeña actualmente como becaria doctoral de la Fundación René Baron en el Laboratorio de Terapias Regenerativas y Protectoras del Sistema Nervioso liderado por el doctor Fernando Pitossi en la Fundación Instituto Leloir (FIL).

La médica neuróloga Berenice Silva se desempeña como becaria doctoral de la Fundación René Baron en el Laboratorio de Terapias Regenerativas y Protectoras del Sistema Nervioso en la Fundación Instituto Leloir. La médica neuróloga Berenice Silva se desempeña como becaria doctoral de la Fundación René Baron en el Laboratorio de Terapias Regenerativas y Protectoras del Sistema Nervioso en la Fundación Instituto Leloir.


Su tiempo se reparte entre la atención de pacientes que padecen esclerosis múltiple y su participación en estudios de ciencia básica que buscan generar un modelo animal que ayude a comprender mejor los mecanismos moleculares asociados a esa enfermedad crónica que se caracteriza por ataques del propio sistema inmunológico a la sustancia que recubre los nervios (mielina). Esta patología, que puede producir distintos grados de discapacidad, afecta a 3 millones de adultos jóvenes en todo el mundo y más de 12 mil en nuestro país.

“Me especialicé en esclerosis múltiple porque es una enfermedad de causa desconocida, de la cual se sabe muy poco y me generó gran intriga. Si bien en los últimos años hemos sido testigos de grandes avances, aún queda mucho por descubrir”, afirma Silva quien egresó de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata. Y agrega: “Me impactó mucho el hecho de que la enfermedad afecta a adultos jóvenes, en la mejor etapa de su vida. Es como un baldazo de agua fría recibir ese diagnóstico en lo que se supone debería ser la mejor etapa de tu vida. Es realmente un desafío poder brindarle a los pacientes una buena calidad de vida, más allá de los medicamentos.”

Durante su último año de formación como neuróloga, Silva realizó una estancia España en dos centros de esclerosis múltiple que cuentan con actividad asistencial a pacientes y donde también se efectúa investigación básica y clínica: el Centro de Esclerosis Múltiple de Catalunya (Cem-cat) y el Instituto de Neurociencias Clínicas (actual IBIMA) de Málaga. “Allí pude observar la riqueza de la interacción entre investigadores básicos, clínicos y neurólogos, y comprobar que el trabajo interdisciplinario permite entender y abordar la enfermedad de otra manera”, destaca Silva quien decidió combinar ambas actividades.

Silva es primera autora de un estudio – publicado en marzo pasado en la revista científica “Brain Behavior and Immunity” y realizado en la FIL – que consistió en el desarrollo de un modelo para estudiar un aspecto de la forma más discapacitante de la esclerosis múltiple.

A diferencia de la variante más común de esa enfermedad, caracterizada por brotes y remisiones de síntomas neurológicos, existen pacientes que sufren formas progresivas (primaria o secundaria). En estas formas progresivas el empeoramiento neurológico es continuo a lo largo del tiempo, e irreversible. Son las formas clínicas más invalidantes. Salvo una sola droga recientemente aprobada en Estados Unidos, que todavía no se autorizó en la Argentina, no existen tratamientos eficaces contra las formas progresivas.

“Nuestro modelo en ratas refleja un aspecto clínico importante de la forma primaria progresiva de la esclerosis múltiple. En particular, hemos podido modelar el daño focal y crónico de la corteza cerebral y de las membranas que rodean al cerebro, las meninges. Esto se asemeja a esa forma de la enfermedad en el humano”, enfatiza Silva cuya directora de tesis de doctorado en la FIL es la doctora Carina Ferrari.

“Sabemos que la afección cortical de los pacientes con esclerosis múltiple progresiva se asocia a la presencia de deterioro cognitivo y mayor acumulación de discapacidad neurológica irreversible, por lo tanto será muy importante poder tratarla en un futuro”, indica Silva. Y agrega que el avance abre caminos a futuras investigaciones que permitan entender el daño en este cuadro clínico y así poder diseñar fármacos que específicamente actúen a ese nivel.

“Ser médica y científica me enriquece mucho como profesional. Para mí, realizar un doctorado en la FIL constituye un medio muy valioso para poder contribuir, aunque sea con un granito de arena, al conocimiento de esta enfermedad con la finalidad de brindar, en un futuro, una mejor calidad de vida de los pacientes”, concluye Silva.