11 Dic 2018

Dr. Alejandro Buschiazzo, invitado especial de los Seminarios Cardini

El doctor Alejandro Buschiazzo, director del Laboratorio de Microbiología Molecular y Estructural del Instituto Pasteur de Montevideo, dictó un seminario Cardini en la Fundación Instituto Leloir (FIL) sobre sus estudios centrados en espiroquetas, un grupo de bacterias que generan diferentes enfermedades en animales y humanos.

El doctor Buschiazzo se refirió a sus trabajos vinculados con las leptospiras, un género de bacterias que produce “tormentas” de abortos en vacas preñadas y causa grandes pérdidas económicas. Junto a un equipo multidisciplinario de científicos, veterinarios, médicos, microbiólogos y bioquímicos de cuatro instituciones, el investigador logró este año armar el primer mapa de las diferentes cepas que infectan al ganado bovino de Uruguay, uno de los diez países que más carne exporta a nivel mundial.

El doctor Alejandro Buschiazzo, director del Laboratorio de Microbiología Molecular y Estructural del Instituto Pasteur de Montevideo (centro), y los doctores Sebastián Klinke (izq.), Pablo Cerdán, Graciela Boccaccio y Carlos Labriola, científicos de la Fundación Instituto Leloir (FIL) e integrantes del comité organizador de los Seminarios Cardini de la FIL. El doctor Alejandro Buschiazzo, director del Laboratorio de Microbiología Molecular y Estructural del Instituto Pasteur de Montevideo (centro), y los doctores Sebastián Klinke (izq.), Pablo Cerdán, Graciela Boccaccio y Carlos Labriola, científicos de la Fundación Instituto Leloir (FIL) e integrantes del comité organizador de los Seminarios Cardini de la FIL.


“En Sudamérica se comercializan vacunas para determinadas cepas de leptospira, pero no se sabía si las mismas correspondían a las variantes que circulan en Uruguay y la región. El biobanco que hemos generado de cepas aisladas servirá para atender mejor esta problemática”, indicó Buschiazzo quien egresó como licenciado en Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata y realizó su doctorado en nuestro instituto bajo la dirección del doctor Alberto Carlos Frasch.

Tal como se describe en la revista “PLoS Neglected Tropical Diseases”, Buschiazzo y sus colegas aislaron un total de 40 cepas pertenecientes a tres especies patógenas distintas de Leptospira en una muestra de más de 1000 bovinos en Uruguay. El 20% de los animales analizados estaba infectado con leptospiras patógenas, representando un riesgo para la salud de personas expuestas, por ejemplo los trabajadores rurales.

Buschiazzo y su equipo continúan esta línea de investigación y actualmente ya cuentan con 63 aislados de cepas patógenas. El 84% del total correspondía a serovariedades conocidas, el resto eran variedades no esperadas. “Ahora estamos secuenciando el genoma completo de esos patógenos, lo que servirá para mejorar el diagnóstico y eventualmente el desarrollo de vacunas de probada eficacia”, destacó Buschiazzo, quien en 2014 recibió el Premio “François Jacob” del Instituto Pasteur de París, en Francia, por su trayectoria y logros científicos.

Las vacunas disponibles para leptospirosis en ganado tienen algunas limitaciones. Una de ellas es que protegen de manera temporal dado que no generan linfocitos B memoria, un tipo de glóbulos blancos que “recuerda” a largo plazo la exposición previa a un antígeno. Por esta razón es necesario vacunar varias veces por año. “En nuestro laboratorio buscamos proteínas claves para la vida del patógeno que puedan ser usadas como subunidades antigénicas en nuevas vacunas más eficaces y duraderas, es decir, que produzcan linfocitos memoria”, indicó Buschiazzo.

El doctor Alejandro Buschiazzo e integrantes de su grupo. El doctor Alejandro Buschiazzo e integrantes de su grupo.


En otro estudio, Buschiazzo y colegas lograron secuenciar el genoma completo de 20 cepas de Leptospira, lo cual luego permitió a su laboratorio descubrir la importancia de dos genes, lvrA y lvrB, en la modulación de la virulencia de ese patógeno. De hecho, ambos genes codifican proteínas de señalización que controlan la expresión de más de 500 genes que influyen en la capacidad infectiva de la bacteria: en un experimento en hámsteres, aquellos animales infectados con bacterias cuyos genes lvrA y lvrB habían sido eliminados, vivían, mientras que el grupo inoculado con leptospiras “salvajes” morían aproximadamente en 15 días.

El laboratorio de Buschiazzo se especializa en el estudio de la señalización bacteriana, que incluye proteínas cruciales en la vida de Leptospira y otras bacterias espiroquetas, como las que producen sífilis o la enfermedad de Lyme. Con su grupo investiga los complejos sensores que tienen esos patógenos para reconocer el medio en el que están, y su sistema de motilidad o locomoción, herramientas claves para su replicación.

“Estamos recién empezando a resolver el rompecabezas”, dijo y añadió: “Nuestro objetivo es contribuir al desarrollo de vacunas que puedan desarticular mecanismos cruciales para la vida de estos patógenos”.

En 2015 la prestigiosa revista “Science” publicó un trabajo liderado por Buschiazzo y su colega Otto Pritsch (especialista en virología del Instituto Pasteur de Montevideo) que logró describir con técnicas de cristalografía la estructura a nivel atómico de la cápside del virus de la leucemia bovina (BLV). Esa cubierta protege el material genético del patógeno (ARN) cuando infecta al ganado. Esta información puede servir para desarrollar nuevos y más eficaces fármacos.

Durante su visita, el doctor Buschiazzo mantuvo reuniones con investigadores de la FIL interesados en biología estructural.