26 Jul 2023

La Fundación Bayer premió a una de nuestras becarias, que viajará a Alemania para realizar una estadía en un laboratorio de la Universidad de Ulm

Yiovana Verónica Okraine tiene 27 años y realiza su doctorado en el Laboratorio de Ciclo Celular y Estabilidad Genómica. Por su proyecto que busca identificar ciertas interacciones proteicas que pueden mejorar las terapias antitumorales, acaba de recibir una de las Becas Otto Bayer para la Ciencia del Descubrimiento de Fármacos.

Bajo la dirección de Vanesa Gottifredi, Yiovana lleva adelante su tesis en nuestro Instituto para obtener el doctorado en Farmacia y Bioquímica de la UBA.
“Nos esforzamos por mejorar el impacto de la ciencia en beneficio de la sociedad. Con el objetivo de fomentar una mentalidad colaborativa en la próxima generación de líderes científicos, nuestras becas ofrecen oportunidades de intercambio internacional para estudiantes de maestría, doctorado y medicina destacados en las áreas de Descubrimiento de fármacos, Agricultura y Salud. En 2023, seleccionamos 35 mentes brillantes de 13 países diferentes para esta experiencia única”. Con esa introducción, la Fundación Bayer presenta a los ganadores de este año. Yiovana Verónica Okraine, becaria de nuestro Instituto, es una de las seleccionadas y,  junto a un científico mexicano, la única de América Latina en recibir la Beca Otto Bayer para la Ciencia del Descubrimiento de Fármacos.
 
“Fue súper emocionante recibir el mensaje con el anuncio de que había obtenido la beca. Es algo muy difícil porque se presentan científicos de todo el mundo. El año pasado, por ejemplo, nadie de Latinoamérica ganó en la categoría a la que apliqué yo”, señala Okraine, que desde hace tres años realiza su tesis en el Laboratorio de Ciclo Celular y Estabilidad Genómica, que dirige Vanesa Gottifredi. “Para poder avanzar en mi proyecto necesito viajar al laboratorio de Lisa Wiesmüller, en la Universidad de Ulm, Alemania, ya que allí cuentan con equipamiento que acá no tenemos. Además, voy a poder aprender nuevas técnicas que pueden servirme tanto a mí como a otros miembros del laboratorio”, explica la licenciada en Genética por la Universidad Nacional de Misiones, que planea su viaje para febrero de 2024.

Okraine obtuvo la beca por su proyecto “Identificación de interacciones claves de PCNA para la supervivencia de células tumorales a la quimioterapia usando miniTurboID”. Sintéticamente, intentará identificar interacciones claves de una proteína llamada PCNA, que luego puedan ser usadas como blancos terapéuticos para mejorar las terapias antitumorales. 

“Las células necesitan duplicar su ADN de una manera correcta para poder perpetuarse. En cada intento de duplicación, aquellas que no logran finalizar la replicación acumulan daños en el ADN y mueren. Muchas drogas que se emplean en los tratamientos contra el cáncer usan la estrategia de ‘dañar al ADN’, pero las células tumorales poseen mecanismos de defensa que permiten que las células sobrevivan a la quimioterapia”, asegura la científica, que resalta que esos mecanismos de defensa son posibles candidatos a los que dirigir las terapias oncológicas. Es el caso de un proceso que permite que la célula utilice ADN dañado para replicarse, llamado Translesion DNA Synthesis (TLS) o síntesis de ADN por translesión. 

“El gran desafío desde el punto de vista de la quimioterapia es que las células no cuentan con una, sino con varias de estas polimerasas –enzimas clave en el proceso de replicación de ADN– que la ayudan a ‘sobrevivir’ a los daños que le generan a su ADN las drogas usadas en terapia contra el cáncer”, agrega. Si bien existen compuestos inhibidores de estas polimerasas, su inhibición es específica, es decir, inhibe a solo una de ellas y deja al resto con la posibilidad de actuar. “Por lo tanto, frenar su acción de manera global es una necesidad”, grafica Okraine. Y agrega: “Todas estas polimerasas ayudan a la célula a sobrevivir a través de la unión con una proteína llamada PCNA. Nuestro grupo demostró que una proteína llamada p21 inhibe a todas estas enzimas de TLS impidiendo su interacción con PCNA. Y, lo más interesante, es que nuestros datos no publicados demuestran que una pequeña versión de esta proteína repite la inhibición global de todas las polimerasas después del tratamiento con las drogas quimioterapéuticas actuales”. 

Así es que la próxima meta del equipo del Leloir es poder entender cómo actúa la p21 y descifrar qué otras interacciones están siendo bloqueadas bajo el uso de las diferentes drogas. “Esperamos identificar interacciones claves de PCNA que puedan ser usadas como blancos terapéuticos para mejorar las terapias antitumorales”, enfatiza Okraine y menciona que para identificarlos utilizarán una tecnología novedosa y poco explotada en el campo llamada MiniTurboiID, seguida de espectrometría de masas (MS). “Esperamos identificar interacciones de PCNA necesarias para la supervivencia de células tumorales tratadas con quimioterapia que sirvan como objetivos farmacológicos y puedan combinarse con las terapias actuales. Nuestro objetivo final es eliminar de manera más efectiva las células tumorales”, concluye.