El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y el Comité Nacional de Ética en la Ciencia y la Tecnología (CECTE) rindieron homenaje a la doctora Otilia Vainstok, fundadora y coordinadora de dicho comité entre los años 2001 y 2017.



El evento tuvo lugar en el auditorio de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y contó con la presencia del Ministro de Ciencia, doctor Lino Barañao, integrantes y ex integrantes del CECTE, e investigadores del país, de Brasil y de Noruega.

Vainstok, quien falleció el 22 de mayo de 2017, tuvo una extensa y productiva carrera académica. Era licenciada en sociología, investigadora del CONICET y del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Buenos Aires. Participó en múltiples proyectos de investigación que contaron con el apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México, de la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, Estados Unidos, y otras prestigiosas instituciones. En 2009 presentó la publicación del CECTE “Anotaciones para una ética en la ciencia y tecnología”.



El Ministro Barañao recordó a Vainstok como una persona con valores, fuertes convicciones, y de una gran coherencia entre lo que pensaba, decía y hacía. “Además tenía una tremenda energía vital así como también una mirada crítica y optimista”, afirmó. Y agregó: “Tuvo la virtud de ser la columna vertebral del CECTE, que va a perdurar, y que tiene un papel fundamental por permitir a la sociedad tomar decisiones informadas y establecer diálogos racionales sobre temas esenciales.”

Asimismo el Ministro de Ciencia afirmó que el CECTE ha tenido una credibilidad y un impacto muy importante en el país. “El compromiso con la memoria de Otilia es justamente seguir apoyando al CECTE, que fue su legado, y lograr que cumpla su cometido que es tan importante”, subrayó.

Algunos de los principales objetivos del CECTE, que funciona en el ámbito de la cartera de ciencia, son ejecutar acciones tendientes a incorporar la dimensión ética en las instituciones de la ciencia y la tecnología; colaborar con instituciones de la ciencia y la tecnología y las Universidades para incorporar principios éticos en los protocolos de proyectos de investigación en todas las disciplinas; apoyar, a su requerimiento, las iniciativas de las Sociedades Científicas en la elaboración de códigos de ética, la creación y coordinación de comités locales, e instituciones de ética; y contribuir en la educación universitaria con la elaboración de programas de formación ética para estudiantes con vocación para la investigación científica y tecnológica.

Por su parte, el doctor Noé Jitrik, escritor, ex integrante del CECTE, ex investigador del CONICET y Director del Instituto de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, señaló que recordar a Vainstok suscita una tormenta de emociones, ideas y reflexiones contradictorias. “Por un lado está la tristeza de una amiga y colega que se fue. Y la otra sensación es de regocijo en cierto sentido, vencía las dificultades, era un objeto de asombro. Hablar de ella es hablar de claridad, compromiso, arrojo, inteligencia, tenacidad y fuerza de decisión”, afirmó.



De acuerdo con Jitrik, Vainstok “tenía una fascinación por la ciencia, por los científicos, por la inteligencia, el talento, el genio, la capacidad de irrumpir y de destituir intelectual y racionalmente creencias y generar nuevas entidades, nuevas realidades. Su recorrido ha sido ejemplar así como su comprensión de los problemas científicos. Su capacidad de convocatoria era una cualidad intrínseca. Otilia nos falta, sigue presente y realmente puedo decir que la extraño profundamente ”.