27 May 2014

Buscan reducir la resistencia del cáncer de colon a la quimioterapia


Médicos y científicos de los institutos Leloir y Alexander Fleming estudian en el laboratorio si la administración de zinc mejora la eficacia del tratamiento. Sus experimentos alientan en el futuro la realización de ensayos clínicos en pacientes.



El cáncer colorrectal presenta más del 90% de probabilidad de cura si se detecta tempranamente, utilizando el test de sangre oculta en materia fecal o la videocolonoscopía para mayores de 50 años. Pero cuando los tumores ya están diseminados, es preciso aplicar quimioterapia y la estadística muestra que la mitad de ellos logran curarse.



Ahora, un estudio de investigadores argentinos presenta resultados alentadores para mejorar el tratamiento de aquellos tumores de colon que son resistentes a la quimioterapia.


Fundacion Leloir - Autores del trabajo Cancer de colon Los doctores Michele Bianchini, José Mordoh y Juan Martín Arriaga, autores del estudio.


“Identificamos una proteína que debilita ese tipo de cáncer. Si aumentamos su cantidad en el tumor, se incrementa la disponibilidad de Zinc, entonces el tumor se debilita y la quimioterapia resulta más efectiva”, afirmó el doctor Juan Martín Arriaga, primer autor del trabajo realizado bajo la dirección de los doctores José Mordoh, jefe del Laboratorio de Cancerología del Instituto Leloir y director del Centro de Investigaciones Oncológicas (CIO) de FUCA, en el Instituto Alexander Fleming; y Michele Bianchini, director del grupo de investigación en Tumores del Sistema Digestivo en el CIO.



Estudios previos ya habían demostrado que los pacientes con tumores de colon que tienen abundancia en proteínas MT1G y p53 poseen mejor pronóstico que el resto de los casos, coinciden Mordoh y Bianchini, también investigadores del CONICET.



Muchos tumores resisten la acción de la quimioterapia ya que “aprenden” a no activar señales de muerte intracelulares, como por ejemplo la proteína p53, cuya actividad frena el avance tumoral.



Precisamente la sobreexpresión de la proteína MT1G permite que las células malignas puedan inducir la producción de p53 desencadenando su propia muerte, también llamada “apoptosis”.



“Nuestro objetivo fue buscar modos de mantener estable ese mecanismo en los tumores resistentes para así mejorar la eficacia de la quimioterapia”, indicó el doctor Arriaga, becario del CONICET en la Fundación Instituto Leloir.



La proteína MT1G también actúa contra el desarrollo tumoral regulando el metabolismo de zinc, un metal fundamental en el metabolismo celular. “La ausencia de esa proteína provoca una disminución del zinc en el tumor lo que a su vez favorece el desarrollo tumoral”, explicó el doctor Arriaga.



Los experimentos publicados en “Molecular Cancer Therapeutics” mostraron que, agregando zinc al medio, la eficacia de la quimioterapia aumentó de manera significativa. Pero dado que el estudio se realizó en muestras celulares y modelos animales, por el momento no es posible saber cómo funcionaría esa estrategia en las personas.



“La próxima etapa de este estudio sería realizar ensayos clínicos de fase I con pacientes para identificar las dosis de zinc más adecuadas y luego evaluar si mejora la respuesta a la quimioterapia”, indicó el doctor Mordoh. Los estudios deben realizarse con consentimiento y con la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).



Este avance es el resultado de casi 10 años de trabajo llevado a cabo por biólogos, bioquímicos, cirujanos, patólogos y oncólogos. “Gracias a este estudio interdisciplinario, tenemos la posibilidad de utilizar una herramienta todavía más precisa para el pronóstico y seguimiento de los pacientes con cáncer colorrectal y pensar en el diseño de nuevas estrategias terapéuticas que mejoren la sobrevida y calidad de vida de los enfermos”, destacó el doctor Bianchini.



La relevancia de los resultados de este proyecto de investigación hizo que sus autores fueran merecedores en 2013 del Premio de la Fundación René Barón en Ciencias Médicas otorgado por la Academia Nacional de Medicina.



Este trabajo fue financiado por subsidios de la Fundación Cáncer- FUCA, Fundación María Calderón de la Barca, Fundación Sales, CONICET y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT).



Ver la nota en la sección Buena Vida del Diario Clarín



Créditos: Bruno Geller – Agencia CyTA